River y Boca se volverán a ver las caras este domingo en una nueva edición del superclásico del fútbol argentino, aunque este tendrá un condimento muy particular: el que pierda quedará eliminado y el que gana accederá a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Será el tercer partido de esta envergadura para Edinson Cavani.
Se están por cumplir seis meses desde que Cavani desembarcó en Boca con todos sus goles, aunque por ahora los tiene guardados en lo que a River respecta. El del domingo no será un partido más para el uruguayo: está obligado a redimirse ante su gente luego de haber tenido dos encuentros bastante flojos contra el clásico rival.
Cavani, obligado a redimirse
El primero fue el año pasado en La Bombonera, donde un Boca suplente de Almirón le hizo muy poca fuerza a River y terminó perdiendo 2 a 0. Cavani había marcado un tanto pero se lo anularon por offside y sacando esa jugada, pasó desapercibido. Su peor partido fue en febrero, en el 1-1 en el Estadio Monumental con gol de Medina.
Se lo vio errático, atolondrado, desconectado del juego y directamente no tuvo chances de gol claras, por eso este superclásico supone un desafío especial para el killer uruguayo, que viene de marcarle a Godoy Cruz con una definición excelsa y está en estado de gracia desde hace varias fechas.