Las publicidades de casas de apuestas inundaron el mundo del fútbol, sobre todo el argentino. Partiendo de la base de que una de ellas es el sponsor principal de la Asociación del Fútbol Argentino, era cuestión de tiempo para que los clubes se involucraran en este “nuevo mundo”. Y junto con los clubes también están los hinchas, los usuarios comunes que ven en las aplicaciones de apuestas una posibilidad para ganar “dinero rápido”.
El problema es cuando la apuesta se vuelve una adicción (y por ende, una enfermedad que debe tratarse con especialistas) y también cuando los propios protagonistas se ven involucrados en ellas. Hace poco se destapó un escándalo de apuestas deportivas en Brasil, precisamente en el club Red Bull Bragantino de la Serie A, que involucró a un jugador argentino: Kevin Lomónaco, ex defensor de Lanús.
La justicia brasileña investigó a fondo, incautó teléfonos y logró trazar la línea de tiempo en donde quedó probado que Kevin Lomónaco, junto a otros siete jugadores, llevaron a cabo de acciones dentro del campo de juego y en partidos oficiales solo por un incentivo económico prometido por un apostador.
Los detalles del escándalo en Brasil que involucra a Kevin Lomónaco.
La situación de Lomónaco que lo llevó a estar bajo el ojo de la justicia data de octubre de 2022. Se recuperaron chats de Whatsapp en donde Lomónaco mantiene una conversación con Luis Felipe Rodrigues de Castro, un apostador brasileño, que le prometió la onerosa suma de 70.000 reales (14.000 dólares aproximadamente) si se hacía sacar una tarjeta amarilla en el primer tiempo de un partido con América de Minas Gerais.
Lomónaco cumplió, se hizo amonestar junto a otros compañeros, el Bragantino perdió 4-1 ese partido, pero no cobró la totalidad del dinero. Solo recibió una parte de la suma ofrecida (30 mil reales), ya que el resto se le iba a entregar una vez que hubiera cumplido con la petición de la tarjeta amarilla. Según revela la investigación, el apostador se excusó en que no tenía el dinero suficiente porque lo había perdido en otra apuesta con otro futbolista.
Tras concluir la investigación, el Tribunal Superior de Justicia Deportiva de Brasil sancionó a Lomónaco, de 21 años y pasos por Lanús (donde surgió) y Platense a préstamo, con 380 días de prohibición para jugar al fútbol, además de obligarlo a pagar una multa de 5 mil dólares (25 mil reales). Del resto de los jugadores involucrados, hubo dos que fueron suspendidos de por vida: Matheus Gomes (sin club) y Gabriel Tota (Ypiranga-RS, un club del ascenso)
En el escándalo también estuvo envuelto Eduardo Bauermann, jugador del Santos, un histórico equipo de Brasil, que recibió una pena de 12 partidos.
