Matías Almeyda, cuya carrera como director técnico es reconocida por su enfoque en la posesión del balón, la pasión y la adaptabilidad táctica, tuvo también una destacada trayectoria como jugador, especialmente con la Selección Argentina. Antes de convertirse en el estratega detrás del éxito de equipos como River Plate, Banfield y Chivas, Almeyda brilló en el campo como un mediocampista de formidable presencia, técnica y tenacidad.
Vistiendo la albiceleste, Almeyda formó parte de una generación dorada del fútbol argentino, participando en importantes competiciones internacionales, incluidos la Copa del Mundo de 1998 y varias ediciones de la Copa América. Conocido por su incansable esfuerzo en el medio campo, Almeyda fue un pilar en la estructura de la selección, contribuyendo tanto en defensa como en la creación de juego.
Su transición de jugador a técnico refleja una evolución natural para alguien que siempre mostró un profundo entendimiento del juego. Almeyda ha aplicado las lecciones aprendidas en su ilustre carrera como jugador a su filosofía de entrenamiento, priorizando la unidad de equipo, la humildad y una relación simbiótica entre la táctica y la libertad creativa en el campo.
Almeyda y una Clase Magistral
A través de su narrativa, Almeyda comparte las estrategias y filosofías que han marcado su paso como director técnico, desde sus inicios sin experiencia técnica tomando las riendas de un River Plate recién descendido, hasta sus innovadoras tácticas en Banfield y sus significativos logros con Chivas. Su enfoque siempre ha estado en la posesión del balón y en provocar errores en el rival, una metodología que, sin duda, se ve influenciada por su experiencia y visión como exjugador de élite.
En su entrevista -llamada Clase Magistral- a The Coaches, Almeyda no solo revela las tácticas que lo llevaron al éxito sino también ofrece una visión sincera sobre los desafíos y aprendizajes obtenidos en su camino, mostrando una profunda reverencia por el deporte y una incansable búsqueda de excelencia, tanto en el campo de juego como en el banquillo.
El estilo Almeyda
– ¿Cuál fue el enfoque principal en tus equipos respecto a la posesión del balón?
– Mi enfoque ha sido siempre que mis equipos dominen la posesión del balón. Nunca he sido partidario de ceder el control de la pelota esperando que el rival cometa errores, sino que mis equipos buscan provocar los errores del contrario manteniendo el control del juego. Considero que la posesión es fundamental, ya que es la parte más gratificante del juego para los jugadores.
El paso del Pelado por River y Banfield
– ¿Cómo enfrentaste el desafío de dirigir a River Plate tras el descenso?
– Tomar las riendas de River Plate tras el descenso fue un desafío enorme. Sin experiencia como entrenador, formé un equipo basado en la pasión y el amor por el club, sumando jugadores experimentados y jóvenes talentos. Implementé un sistema enfocado en los resultados y con mucha pasión logramos devolver a River a la Primera División.
– ¿Qué aprendiste de tu experiencia en River Plate?
– Aprendí que ser demasiado conservador puede ser contraproducente. En algunos momentos me enfoqué demasiado en no perder en lugar de buscar siempre la victoria. Esto me enseñó la importancia de no repetir ese error en el futuro y de mantenerme fiel a mi estilo de juego.
– ¿Cómo describiría su sistema táctico en Banfield?
– Innové en Banfield con un sistema táctico que incluía tres defensores y jugadores rápidos en las bandas. Quería un equipo reversible, donde todos los jugadores pudieran atacar y defender. Esto requirió mucho trabajo en la pretemporada y en los entrenamientos diarios para que los jugadores comprendieran y se adaptaran al sistema. El enfoque fue exitoso y llevamos a Banfield al título de la segunda división.
La importancia del grupo
-¿Qué importancia le da al grupo en comparación con la táctica?
– Creo firmemente que la cohesión del grupo es más importante que cualquier táctica. Sin unidad, humildad y deseo de aprender, no hay forma de que un entrenador implemente su estrategia. En mi opinión, el fútbol ya ha sido inventado, y no se trata de innovar tanto como de trabajar con lo que ya existe.
