Pasarán las décadas y nadie va a olvidar qué estaba haciendo el 25 de noviembre de 2020, el día que Diego Armando Maradona pasó a la inmortalidad. Si bien el deceso sucedió en horas de la mañana, recién a las 13 horas el mundo se enteró de lo que no quería: Pelusa había muerto. Algunos medios dudaban en decirlo, nadie podía ponerlo en palabras, pero era una realidad. Diego había gambeteado a la muerte más de una vez, pero aquel 25 de noviembre de 2020 no pudo y el pueblo quedó huérfano.
Un multitudinario adiós a Maradona
Si bien la pandemia de Covid no permitía que haya encuentros masivos y la flexibilización era muy poca por ese entonces, el pueblo salió a la calle. Barbijos por doquier, pero todos afuera para honrar la memoria de Maradona, aquel embanderado de los humildes que había representado a los que menos tenía en los escenarios más impresionantes del mundo. Fueron tres lo epicentros de encuentro ni bien se conoció la noticia: la Bombonera, el Diego Armando Maradona de La Paternal y el San Paolo en Nápoles, que luego pasó a llamarse Diego Armando Maradona.
Eternas filas en Plaza de Mayo para entrar a la Rosada
El velatorio de Diego Armando Maradona fue en la Casa Rosada y estuvieron presentes los familiares más cercanos de Diego, aunque pidieron no ser filmadas. El cajón del Pelusa tenía algunas camisetas históricas y fue visitado por figuras de todo tipo, pero -valla mediante- miles y miles de personas despidieron al astro.
La foto que se hizo viral
Si bien Diego estuvo, está y estará totalmente identificado con Boca, en las inmediaciones de la Casa Rosada se hizo viral un encuentro. Un hincha de Boca y uno de River -ambos llorando como niños- se vieron y se abrazaron. Eso simbolizó a la perfección lo que representó Maradona: un futbolista extraordinario que llenó de alegría al pueblo y excedió camisetas.