Miguel Rondelli es el técnico de Emelec de Ecuador. Su equipo empató 2 a 2 contra Huracán en el estadio Tomás Adolfo Ducó del barrio porteño de Parque Patricios por la cuarta fecha de la Copa Sudamericana. En conferencia de prensa denunció insultos racistas. Es argentino: tolera los agravios, acepta los escupitajos, no se escandaliza con algún proyectil que amenace a su delegación. Comprende la naturaleza de eso que alguien definió como “folclore”. Pero no todo es lo mismo: “No me estoy quejando de que nos insultaron y maltrataron todo el partido, pero que a mis jugadores les griten esclavo o negro de ‘m’ me parece que no suma“. Alejandro de los Santos el único futbolista de raza negra que jugó en la Selección Argentina
Un día antes, Gimnasia de La Plata había cosechado su primera victoria en la Copa Sudamericana tras vencer por la mínima a Independiente Santa Fe de Colombia. En la entrevista post partido, el que habló fue Hugo Rodallega: “No mejoramos como humanidad. Un desastre lo que pasa en el mundo entero. No estoy diciendo que perdimos porque la gente ofenda porque eso es normal, pero ya el tema del racismo cansa. Que te llamen mono y negro de… es una falta de respeto. Da tristeza”. Ese mismo día, salió la sanción que Conmebol le aplicó a Racing por insultos racistas de los hinchas contra jugadores del Flamengo durante el partido del 4 de mayo que terminó 1 a 1: una multa de cien mil dólares.
Alejandro Nicolás de los Santos
Son las esquirlas del debate que instauró el maltrato recibido por el jugador brasileño del Real Madrid Vinicius Junior de parte de la parcialidad del Valencia una semana atrás. El mundo habla del racismo en el fútbol (otra vez) mientras Rodallega señala a quienes le dijeron “mono” y Rondelli acusa que a sus jugadores les gritaron “esclavos”. Un siglo antes de que personas de raza negra sean discriminadas en las canchas del fútbol argentino existió Alejandro Nicolás de los Santos, el único negro que jugó para la Selección Argentina.
El único futbolista de raza negra que jugó en la Selección
Sus padres sí eran esclavos de verdad. A fines del siglo XIX entendieron que la única solución de vivir una vida sin vejaciones coloniales era escapar de su país. Vivían por entonces en África Occidental Portuguesa, actualmente la República de Angola. Nadaron hasta subirse a un barco que los depositó en tierras sudamericanas. Se infiltraron por el río Paraná hasta desembarcar en la ciudad homónima de la provincia de Entre Ríos. Allí nacieron sus tres hijos: Manuel de los Santos, Mercedes de los Santos y Alejandro Nicolás de los Santos. Este último el 17 de mayo de 1902.
Sus padres murieron pronto. Emigró hacia la ciudad portuaria, Buenos Aires, en la búsqueda de un destino. Se instaló en el barrio de Boedo. Hizo lo que por entonces casi todos hacían: jugar al fútbol, esa invención inglesa que había bajado de los barcos como él. Y era bueno haciéndolo. Dividió sus pasiones entre la pelota y el candombe. Sus comienzos los hizo en el club Oriente del Sud, antes de vestir los colores de San Lorenzo. Debutó, aún en tiempos de amateurismo, el domingo 22 de mayo de 1921 ante Banfield: fue triunfo del Ciclón por 2 a 0 en un encuentro correspondiente a la Primera División de la Asociación Amateurs de Football. Jugó ocho partidos con la camiseta azulgrana y convirtió dos goles. Alejandro ya era conocido como el “Negro Santos”, un delantero que se retrasaba para jugar de volante o un volante con capacidad goleadora.
Dock Sud
Lo adquirió Dock Sud a mediados de 1921. Su estreno aconteció el domingo 24 de julio en un clásico frente a San Telmo por la División Intermedia de la Asociación Argentina de Football: fue triunfo del Docke por 1 a 0. Ese año marcó los tres goles en la goleada por 3 a 0 ante Liniers que permitió que su equipo subiera de categoría. Entre 1922 y 1924 jugó para el Darsenero en Primera División de una entidad oficial que había decidido, tres años antes, desafiliar a una serie de clubes descontentos con la conducción, entre ellos River, Racing, Independiente y San Lorenzo, que habían decidido crear una liga paralela.
El campeonato organizado por la Asociación Argentina de Football era el único autorizado por la FIFA. En ese certamen competían, por ejemplo, Boca, Huracán, Estudiantes de La Plata y Dock Sud. La Selección Argentina sólo podía reclutar futbolistas de los equipos inscriptos en el torneo oficial. En este contexto, ocurrió un hecho histórico sin precedentes ni repeticiones: el 10 de diciembre de 1922 jugó el primer y único jugador de raza negra de la historia futbolística de la selección argentina. Alejandro Nicolás de los Santos vistió la camiseta nacional en esa derrota por 1 a 0 ante Uruguay en Montevideo.
Germán Pontnau, historiador de Dock Sud, develó en diálogo con TyC Sports: “Por supuesto que es un jugador importante en la historia del club y aún hoy se lo recuerda. Cuando llegó a Dock Sud vivió contiguo a la sede y luego, cuando se retiró, fue entrenador del primer equipo en 1939. Hizo una gran campaña y quedó en las puertas del ascenso con un equipo en el que jugaba Juan Carlos Muñoz, más adelante integrante de la Máquina de River”.
El Porvenir
El futbolista de raíces angoleñas pasó del Docke a El Porvenir a finales de 1924. En la institución de Gerli desarrolló su mejor performance futbolística, acompañado en la faceta ofensiva por Manuel “La Chancha” Seoane, uno de los artilleros más prolíficos de la historia del fútbol amateur. Su quinto y último partido en la Selección terminó con una coronación: el 25 de diciembre de 1925 fue titular en el partido que terminó 2 a 2 ante Brasil por el Sudamericano (actual Copa América) y selló el título para el combinado nacional al sumar siete puntos, dos más que el conjunto brasileño.
En ese año, con la estrella destacada del “Negro Santos”, El Porvenir culminó en el tercer puesto del campeonato de Primera. En sus 108 años de historia es el mayor éxito futbolístico del club de Gerli. Alejandro de los Santos convirtió ochenta goles en los 139 duelos con un promedio de 0,57 goles por partido. Jugó de 1924 hasta 1930, con una breve interrupción en 1926 por la desafiliación del club. En 1927, en el regreso de El Porvenir a la formalidad del fútbol argentino (por decreto fue inscripto en la Segunda División), el atacante fue el máximo goleador del certamen con 24 gritos en treinta partidos.
Su ausencia en el Mundial del 30
“Decisiones políticas lo fueron alejando del seleccionado nacional debido a su color de piel, por lo que el ‘Negro’ se quedó sin participar del primer Mundial de Fútbol en Uruguay”, expresó Guido Guichenduc, historiador del club que hoy milita en la Primera D, y quien a su vez consideró: “Sufrió muchos actos de discriminación pero en los clubes fue aceptado porque era un jugadorazo. Lo de su ausencia por motivos raciales en el treinta me lo contó su familia pero no hay un hecho que lo certifique, sobre todo por la buena delantera que tenía Argentina en ese Mundial. Igual creo que es algo que puede tener veracidad porque también el país estaba en un momento político (previo al golpe de Estado a Hipólito Yrigoyen) en el que era fácil criticar a alguien por su color de piel”.
Los hinchas del Porve coinciden: Alejandro Nicolás de los Santos es el máximo ídolo de la institución. La valoración obedece a una defensa y al mérito de los historiadores, que subrayan con entusiasmo y orgullo cómo los testigos de un enfrentamiento ante Racing por el campeonato de 1929 recuerdan la admiración que Carlos Gardel exclamó desde la tribuna: “¿Quién es el Negro este que nadie lo puede parar?”. El negro era Alejandro.
Huracán
A los 29 años dejó de ser futbolista de El Porvenir para defender la camiseta de Huracán, en los albores del profesionalismo. En el Quemero jugó 88 partidos y marcó 25 goles. Compartió delantera con Herminio Masantonio, gloria del club y quien con 259 goles presume de ser el tercer máximo anotador de la historia del fútbol argentino. “Dejó su huella, fue protagonista de los primeros años de la era rentada, con equipos que tenían facilidad para llegar al gol. Y también condujo tiempos valiosos en los años cuarenta”, consideró Gonzalo Minici, historiador del club porteño, en diálogo con Clarín.
En efecto, el nacido en Paraná continuó ligado al fútbol y a Huracán luego de su retiro de la actividad en 1934. Jugó con los veteranos del Globo, fue masajista y utilero antes de convertirse en director técnico de la Primera División. En 1946 tuvo la distinción de dirigir a uno de los mejores jugadores de la historia del deporte: Alfredo Di Stéfano.
El después
Vivió en Boedo, Parque Patricios, Parque Chacabuco y Floresta. Se casó con la española Margarita Calvo. Tuvo siete hijos: Antonia, Irene Haydée, Margarita, Mercedes Esther, Delia, Elvira y Alejandro Manuel, el único varón. Murió a los 79 años el 16 de febrero de 1982 en el Hospital Israelita de la ciudad de Buenos Aires.
“Quizá el reconocimiento le llegó un poco tarde“, apuntó Minici. Tenía razón. Otro historiador fue quien motorizó la reparación histórica del primer y único futbolista de raza negra que jugó en la Selección Argentina. 32 años después de su muerte, Alejandro Nicolás de los Santos se convirtió en el nombre del microestadio techado de la sede del club El Porvenir. El 16 de noviembre de 2014, también por iniciativa de Guido Guichenduc, la comisión directiva le entregó una plaqueta conmemorativa y una camiseta a los familiares del mítico “negro”, el hijo de dos esclavos angoleños.
