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¿Sabías que tuvimos técnicos extranjeros en la Selección Argentina?

Entre los 47 directores técnicos que dirigieron al combinado nacional hay tres que no nacieron en Argentina. La aventura del español que dirigió al seleccionado en su primera competencia internacional, el fracaso del genovés en el Mundial del 34 y el italiano que fundó una filosofía de juego
Los técnicos extranjeros de la selección Argentina
El español José Lago Millán (a la izquierda de la foto) fue el director técnico de Argentina en su primera participación en un Juego Olímpico. Técnicos extranjeros en la selección Argentina.

En Sudamérica compiten diez selecciones de fútbol. Siete de ellas, actualmente, son dirigidas por entrenadores argentinos. El recordatorio es necesario: a la actual Selección Argentina la comanda el argentino Lionel Scaloni, a Bolivia Gustavo Costas, a Chile Eduardo Berizzo, a Paraguay Guillermo Barros Schelotto, a Venezuela Fernando Batista, a Colombia Néstor Lorenzo y a Uruguay el recientemente designado Marcelo Bielsa. Las únicas selecciones que no son conducidas por un técnico argentino son Brasil, cuyo entrenador interino es Ramón Menezes; Ecuador con Félix Sánchez Bas en el cargo y Perú bajo la dirección de Juan Reynoso. 

La influencia y la valía del técnico argentino penetró en el continente de manera brutal al punto que, meses antes, estas dos últimas selecciones, tenían a conductores nacidos en el país más austral de la región: Gustavo Alfaro había sido deté de la mejor campaña mundialista de Ecuador y Ricardo Gareca, el conductor de Perú de su performance más gloriosa de las últimas décadas. Brasil mantiene inexpugnable desde 1965 la identidad de su selección: Filpo Núñez, argentino él, fue el último no brasileño en dirigir al único pentacampeón de mundiales.

La Selección Argentina

Argentina sostiene una tradición similar a la brasileña: técnicos autóctonos para conducir los destinos del seleccionado. Es difícil imaginar a un entrenador extranjero en el banco argentino: suena a la realidad de un mundo distópico. Pero hubo, pasó. No siempre en la historia del combinado nacional un argentino dirigió a la selección. Son retazos de un tiempo en blanco y negro, recortes de un fútbol premoderno, casos excepcionales y argentinos nacidos, arbitrariamente, en otras partes del globo.

De 1924 hasta la fecha, pasaron 47 entrenadores. Ángel Vázquez fue el pionero, cuando la Asociación del Fútbol Argentina había desafiliado a clubes disidentes, cuando River, Independiente, Racing y San Lorenzo competían en una liga no oficial, cuando el profesionalismo era apenas una vaga idea. Lionel Scaloni, el ganador de la tercera estrella, es el último y el actual. Entre ellos, hubo a lo largo de la historia tres entrenadores no nacidos en tierra argentina.

Humberto Recantini y el técnico español José Lago Millán en la Copa América de 1927

José Lago Millán

Español nacido en Pontevedra en 1893. Hay quienes dicen que arribó al país a sus trece años, hay otras versiones que atestiguan que su llegada ocurrió en 1913, cuando tenía dos décadas de vida y un año después de haber salido campeón de ciclismo en Galicia. Era un deportista y atleta multidisciplinario: jugaba al fútbol tanto como al básquet, tanto como nadaba, corría o saltaba. Su formación fue la educación física. En el país, se dedicó a mejorar el rendimiento físico del equipo de atletismo entre 1923 y 1926. Un año después le encargaron la dirección técnica de la selección argentina: un preparador físico que hacía de entrenador.

Ganó la Copa América de 1927 en Perú. En la revista Céltiga contó cuál había sido su método de entrenamiento: “No es ningún secreto, el sistema de entrenamiento que seguí, desde que salimos de Buenos Aires, como durante la estancia en Lima. Desde luego, la vida metódica de la que hice referencia. No beber; fumar lo menos posible; no tomar excitantes. En cuanto a ejercicios, les hacía alternar pruebas atléticas, tales como sprints, marchas cortas, saltos, y una vez por semana hacíamos un picado. Diariamente hacíamos gimnasia. Con todo ello, los muchachos obtuvieron un excelente estado de preparación que, unido al entusiasmo de que estaban sobrados, les dio la victoria que hoy exhiben orgullosos”.

Al año siguiente, fue el conductor del grupo que alcanzó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, la primera vez que Argentina enviaba una delegación para competir en la disciplina fútbol. Llegó a la final luego de golear 11 a 2 a Estados Unidos, 6 a 3 a Bélgica y 6 a 0 a Egipto. La final fue ante Uruguay: 1 a 1 en el primer enfrentamiento y 2 a 1 a favor de los charrúas en el partido desempate. El español, tras ese compromiso, siguió ligado al entrenamiento, al punto de convertirse en un divulgador de la cultura de la educación física.

mundial 1934 Los técnicos extranjeros de la selección Argentina
Al equipo argentino que jugó el Mundial de Italia en 1934 lo llamaban el “seleccionado chacarero”, dado a que provenían de clubes pequeños del interior y de la liga amateur del fútbol local

Felipe Pascucci

El entrenador más joven en la historia de la Copa Mundial es Felipe Pascucci, quien tenía 26 años cuando lideró a Argentina en Italia 1934″, publicó la FIFA en sus redes sociales. Pero la historia de Felipe Pascucci como técnico de la selección no conserva gratos recuerdos. Nacido en Génova, Italia, el 24 de junio de 1907, en 1933 fue técnico de River Plate y al año siguiente el elegido para dirigir al combinado nacional en el segundo mundial de la historia. No era, sin embargo, una convocatoria feliz para el fútbol argentino.

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Todo se suscitó en un contexto adverso. Italia quería que Argentina, subcampeón del mundo vigente y lugar de origen de futbolistas admirados, jugara su Mundial. Pero la era del fútbol rentado había cambiado las prioridades en el país. La profesionalización de 1931 estableció un cambio radical: jugadores que cobraban por jugar, que firmaban contratos de exclusividad y clubes que pagaban para que los futbolistas defendieran únicamente su camiseta. En el auge de este nuevo paradigma, ocurrió una Copa del Mundo y con ella un cúmulo de exigencias incómodas: equipos de la liga local diezmados durante tres meses y un egreso de dinero exorbitante, inadecuado. 

Ernesto Belis y Alberto Galateo marcaron los goles de Argentina. Sven Jonasson dos veces y Knut Kroon convirtieron para Suecia en el único partido que jugó la Selección en el Mundial 1934
Ernesto Belis y Alberto Galateo marcaron los goles de Argentina. Sven Jonasson dos veces y Knut Kroon convirtieron para Suecia en el único partido que jugó la Selección en el Mundial 1934

Mundial Italia 1934

“Cuando llegó la invitación al Mundial de Italia, la liga rica negó los jugadores y la modesta asociación donó los suyos: no hubo así ‘delegación simbólica’ sino un equipo genuino pero clase B que fue a poner la cara”, escribió Juan Sasturain en el libro La patria transpirada: Argentina en los mundiales 1930-2010. La liga rica era una que agrupaba a los 18 clubes más poderosos, estaba descontenta con el fútbol italiano por haberse “robado” a jugadores argentinos y se había solidarizado con la posición uruguaya, que convocaba a un boicot del Mundial por la poca participación europea en el certamen de 1930. La liga amateur, en cambio, estaba en un franco proceso de extinción: la integraban los clubes del interior del país y aún mantenían la filiación y el contacto con los órganos encumbrados de la FIFA.

Ellos sí querían asistir al Mundial. Italia insistía en la citación. Argentina jugó, finalmente, la Copa del Mundo de 1934. El sábado 28 de abril a las 22 horas zarpó la comitiva con 18 jugadores con destino a Roma a bordo del vapor Neptunia. Además de los futbolistas, también viajaba un masajista y un técnico, Felipe Pascucci, italiano él. 

Argentina jugó, perdió y volvió al país. El 27 de mayo jugó ante Suecia en el estadio Littorale de Bologna. Ganaba 1 a 0 y después 2 a 1. Perdió 3 a 2 y quedó descalificada del certamen. Fue el único mundial en el que Argentina se fue sin ganar ningún partido. La delegación volvió. Pascucci no: prefirió quedarse en su tierra.

Renato Cesarini como futbolista de la Juventus, donde obtuvo cinco ligas de Italia
Renato Cesarini como futbolista de la Juventus, donde obtuvo cinco ligas de Italia

Renato Cesarini

Un prohombre del fútbol argentino. Hoy, nombre de una prestigiosa academia de formación de futbolistas en Rosario, que tuvo entre sus filas, por ejemplo, a Santiago Solari, Fabián Cubero, Hermes Desio, Andrés Guglielminpietro, Pablo Piatti, Martín Demichelis, Augusto Solari, Iván Pillud, Joaquín Correa y Javier Mascherano. No nació en Argentina, pero nadie duda de su identidad nacional. Nació, ocasionalmente, en Senigallia, un municipio del este italiano, el 11 de abril de 1906. Vivió poco tiempo ahí.

Argentina fue su lugar en el mundo. Jugó al fútbol. Lo hacía muy bien. Antes del profesionalismo, compitió en el Borgata Palermo, en Chacarita Juniors, en Alvear y en Ferrocarril Oeste, y dos veces defendió la camiseta argentina en 1926. Juventus se lo llevó en 1930, donde obtuvo cinco ligas consecutivas y ganó la convocatoria al seleccionado de Italia. Volvió a Argentina en 1936: primero en Chacarita, después en River. Colgó los botines un año después. Había sido un mediocampista diferente, con mucho poder de gol, tanto que la prensa había bautizado los últimos minutos del partido como la “zona Cesarini”: convirtió, en total, 157 tantos.

Jugó en Chacarita, su primer equipo argentino durante el profesionalismo, antes de terminar su carrera en River Plate, en 1937
Jugó en Chacarita, su primer equipo argentino durante el profesionalismo, antes de terminar su carrera en River Plate, en 1937

Fútbol escuela

Pero más se lo recuerda por su legado como entrenador, donde impartió un estilo. Es uno de los creadores de la escuela de futbolistas de River, una de las más reconocidas del mundo, donde alternó dos ciclos como formador de juveniles y dos ciclos como técnico de los mayores. “Lo más parecido a la vida es una cancha de fútbol. Allí están todos los personajes”, decía. Junto a Carlos Peucelle, fundó “La Máquina”, el formidable elenco que se nutrió de Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau para erigirse como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Ese River de la década del ’40 ganó dos campeonatos, suficientes para conservar su espacio en la historia dorada del fútbol mundial. “El mejor equipo que se pudo construir, una obra maestra“, definió.

También dirigió a Racing, Banfield, Huracán, Boca, Juventus (en dos épocas) y Universidad Nacional de México. En 1967, en una era convulsionada en la estructura de la selección nacional, tuvo un breve paso con el buzo de Argentina. Fue uno de los ocho técnicos que rotaron el puesto entre 1966 y 1970. Para entonces, ya había formado una filosofía de juego.

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