El triunfo de la Selección Argentina en el Mundial 1978 fue la culminación de un proceso que comenzó en 1974. La AFA contrato a un hombre de 36 años, llamando César Luis Menotti, que cuatro años más tarde ingresaría en las paginas más gloriosas del deporte nacional y mundial.
El futbol argentino tenia dos realidades: clubes competitivos a nivel local e internacional y una Selección inestable y propensa a fracasos. Este desorden tendría su giro radical con la llegada de Menotti a la conducción técnica.
El entrenador llegó al puesto de DT de la Selección Argentina gracias al torneo ganado con Huracán en 1973. Menotti tuvo una gran carrera como jugador entre los años 60 y 66 jugando para Rosario Central, Racing y Boca. Luego, César, emigró para jugar en New York Generals y luego recaló en Brasil donde compartió camarín en Santos con Pelé, para luego dar el salto a la Juventus. Impresionante carrera.
La Selección Argentina era competitiva en Copas América y se peleaban por la hegemonía continental con Uruguay, sin embargo, en las citas mundialistas el equipo Albiceleste siempre hacia agua.
Al llegar al puesto de DT, Menotti, exigió un cargo de cuatro años, aspecto novedoso que le permitiría trazar un plan y proyectar a futuro, evitando la presión con la que se vivía en el Argentina, sobre todo en el ambiente del fútbol. Algo que parece no haber cambiado con el correr de los años.
Menotti sostuvo su proyecto bajo la atenta mirada de la dictadura militar y trabajó de forma incansable, formó selecciones paralelas con jugadores del interior país, para así tener un amplió espectro de jugadores.
Momento crítico en la estadía de César Luis Menotti
Uno de los momentos más duros ante la opinión pública fue cuando entrego la lista de jugadores que estarían en el Mundial 78. A pesar de las presiones y las sugerencias, Menotti, decidió que Diego Armando Maradona, no esté en el equipo. De esta manera, fue la primera vez que le cortaron las piernas a Diego y no como se dice que fue en USA 94.
Las piernas se las cortó el Flaco Menotti un 19 de mayo de 1978 y se transformó en un insanable dolor. “¿Y ahora cómo se lo digo a mi papá?”, se preguntó Diego, un chico de 17 años sumido en la angustia.
Estilo de juego de la Selección Argentina de Menotti
Menotti era de fuertes convicciones. Era un defensor férreo del juego del ofensivo, por este motivo siempre eligió jugadores de exquisitas calidades técnicas individuales, por que esto le facilitaba la tarea del juego colectivo.
Durante el Mundial 78, eligió utilizar un 4-3-3. “Prefiero los conceptos por encima de los esquemas. Porque hablar puesto por puesto de un equipo de fútbol implica caer en una peligrosa atomización, como si cada uno de ellos fuese un mundo aparte, despegado del conjunto. Y no es así, en absoluto. Cada posición adquiere su real dimensión cuando se mira con vistas al funcionamiento del equipo”, exponía el Flaco en su libro “Fútbol. Juego, deporte y profesión”, publicado junto con la revista El Gráfico.
Otro de los conceptos que eran claros era la reducción de los espacios al rival, el famoso “achique”. Esto se basaba en el uso constante del fuera de juego, algo que, ejecutado de forma correcta y sincrónica limitaba las acciones ofensivas de cualquier rival.
El arquero elegido fue Ubaldo Fillol, grandes reacciones y fuerte liderazgo. La defensa estaba compuesta por Daniel Passarella, emblema y capitán. El Kaiser, estaba acompañado por Luis Galván y los laterales fueron Jorge Olguín y Tarantini.
En el medio campo, Menotti, eligió a Américo Rubén Gallego, como pivote defensivo. El Tolo era el encargado de los repliegues y relevos. El motor de la Selección Argentina, era Osvaldo Ardiles, su capacidad para jugar en corto fue fundamental para el estilo de juego del Flaco.
Mario Kempes, fue la figura del Mundial, el goleador y uno de los mejores jugadores para atacar el espacio libre cercanos al área rival. Comenzó el Mundial jugando por la izquierda ya que José Valencia fue titular como mediocampista, pero con el correr del certamen su posición fue variando.
El delantero, era Leopoldo Luque, un jugador inteligente para arrastrar las marcas y abrir espacios para las espectaculares carreras de Kempes. Los extremos era dos y Menotti rotó entre Daniel Bertoni, René Houseman y Óscar Ortiz.
¿Qué era lo mejor que tenía ese equipo de César Luis Menotti?
“El juego. Todos tenían buen pie, todos. Olguín podía jugar de 9; Galván ni te cuento, en la final sale gambeteando de adentro del área. Passarella lo mismo… Tarantini. Ardiles era un futbolista excepcional. Y además tenía mucho tiempo de laburo. Teníamos una manera de recuperar la pelota impresionante, con dos tipos que fueron muy importantes como Ortiz y Bertoni que ayudaban achicando los espacios. Era un equipo invencible. La potencia de Kempes, los wines que desbordaban como querían para un 9 que era un goleador fenomenal. Yo tenía una confianza bárbara en el equipo. Mis amigos me decían: “¿Vos estás seguro?”. Jugábamos bien. Y es muy difícil jugar acá”, revelaba Menotti años después de la conquista.
